░╦╔╗╔╗╗╔╔╗░╔╦╗╔╗░╔╗╔╦╗╔╗░╦ ░║╠░╚╗║║╚╗░░║░╠░░╠╣║║║╠╣░║ ╚╝╚╝╚╝╚╝╚╝░░╩░╚╝░╝╚╩░╩╝╚░✩"

sábado, enero 26, 2013

LOS CUENTOS DE EVA LUNA ISABEL ALLENDE ((27))



Librodot Cuentos de Eva Luna Isabel Allende 27 del asunto. La vio aparecer en su puerta y por la forma en que dejó caer su bulto ante el mostrador se dio cuenta al punto de que no estaba de paso, esa muchacha venía a quedarse. Era muy joven, morena y de baja estatura, con una mata compacta de pelo crespo desteñido por el sol, donde parecía no haber entrado un peine en mucho tiempo. Como siempre hacía con los visitantes, Riad Halabí le ofreció a Concha una silla y un refresco de piña y se dispuso a escuchar el recuento de sus aventuras o sus desgracias, pero la muchacha hablaba poco, se limitaba a sonarse la nariz con los dedos, la vista clavada en el suelo, las lágrimas cayéndole sin apuro por las mejillas y una retahíla de reproches brotándole entre los dientes. Por fin el árabe logró entenderle que quería ver a Tomás Vargas y mandó a buscarlo a la taberna. Lo esperó en la puerta y apenas lo tuvo por delante lo cogió por un brazo y lo encaró con la forastera, sin darle tiempo de reponerse del susto. –La joven dice que el bebé es tuyo –dijo Riad Halabí con ese tono suave que usaba cuando estaba indignado. –Eso no se puede probar, turco. Siempre se sabe quién es la madre, pero del padre nunca hay seguridad –replicó el otro confundido, pero con ánimo suficiente para esbozar un guiño de picardía que nadie apreció. Esta vez la mujer se echó a llorar con entusiasmo, mascullando que no habría viajado de tan lejos si no supiera quién era el padre. Riad Halabí le dijo a Vargas que si no le daba vergüenza, tenía edad para ser abuelo de la muchacha, y si pensaba que otra vez el pueblo iba a sacar la cara por sus pecados estaba en un error, qué se había imaginado, pero cuando el llanto de la joven fue en aumento, agregó lo que todos sabían que diría. –Está bien, niña, cálmate. Puedes quedarte en mi casa por un tiempo, al menos hasta el nacimiento de la criatura. Concha Díaz comenzó a sollozar más fuerte y manifestó que no viviría en ninguna parte, sólo con Tomás Vargas, porque para eso había venido. El aire se detuvo en el almacén, se hizo un silencio muy largo, sólo se oían los ventiladores en el techo y el moquilleo de la mujer, sin que nadie se atreviera a decirle que el viejo era casado y tenía seis chiquillos. Por fin Vargas cogió el bulto de la viajera y la ayudó a ponerse de pie. –Muy bien, Conchita, si eso es lo que quieres, no hay más que hablar. Nos vamos para mi casa ahora mismo –dijo. Así fue como al volver de su trabajo Antonia Sierra encontró a otra mujer descansando en su hamaca y por primera vez el orgullo no le alcanzó para disimular sus sentimientos. Sus insultos rodaron por la calle principal y el eco llegó hasta la plaza y se metió en todas las casas, anunciando que Concha Díaz era una rata inmunda y que Antonia Sierra le haría la vida imposible hasta devolverla al arroyo de donde nunca debió salir, que si creía que sus hijos iban a vivir bajo el mismo techo con una rabipelada se llevaría una sorpresa, porque ella no era ninguna palurda, y a su marido más le valía andarse con cuidado, porque ella había aguantado mucho sufrimiento y mucha decepción, todo en nombre de sus hijos, pobres inocentes, pero ya estaba bueno, ahora todos iban a ver quién era Antonia Sierra. La rabieta le duró una semana, al cabo de la cual los gritos se tornaron en un continuo murmullo y perdió el último vestigio de su belleza, ya no le quedaba ni la manera de caminar, se arrastraba como una perra apaleada. Los vecinos intentaron explicarle que todo ese lío no era culpa de Concha, sino de Vargas, pero ella no estaba dispuesta a escuchar consejos de templanza o de justicia. La vida en el rancho de esa familia nunca había sido agradable, pero con la llegada de la concubina se convirtió en un tormento sin tregua. Antonia pasaba las noches acurrucada en la cama de sus hijos, escupiendo maldiciones, mientras al lado roncaba su marido abrazado a la muchacha. Apenas asomaba el sol Antonia debía levantarse, preparar el café y amasar las arepas, mandar a los chiquillos a la escuela, cuidar el huerto, cocinar para los policías, lavar y planchar. Se ocupaba de todas esas tareas como una autómata, mientras del alma le destilaba 27 Librodot




viernes, enero 25, 2013

LIMA: "Ciudad de los Reyes"

 
 
 
 
 
Lima es la ciudad capital de la República del Perú. Se encuentra situada en la costa central del país, a orillas del océano Pacífico, conformando una extensa y populosa área urbana conocida como Lima Metropolitana, flanqueada por el desierto costero y extendida sobre los valles de los ríos Chillón, Rímac y Lurín. A principios del año 2013, Lima cuenta con más de 8,5 millones de habitantes; mientras que su aglomeración urbana, es decir Lima-Callao, cuenta con apróximadamente 9,5 millones de habitantes, lo que constituye el 30% de la población peruana, colocándola así como la ciudad más poblada del país.
 
 
 
 
 
 
El 18 de enero de 1535, se efectuó la fundación española con el nombre de la Ciudad de los Reyes en la región agrícola conocida por los indígenas como Limaq, nombre que adquirió con el tiempo. Fue la capital del Virreinato del Perú y la más grande e importante ciudad de América del Sur durante el régimen español. Después de la Independencia pasó a ser la capital de la República.
 
 
 
 
 
Un 18 de enero de 1535 se fundó Lima, con el nombre de "Ciudad de los Reyes" ---> #FelizdíaLima : Ciudad donde Resido


 
 
 
 
 
 
 
 
 












 


Agradecimientos a la Web



LOS CUENTOS DE EVA LUNA ISABEL ALLENDE ((26))




Librodot Cuentos de Eva Luna Isabel Allende 26 EL ORO DE TOMÁS VARGAS Antes de que empezara la pelotera descomunal del progreso, quienes tenían algunos ahorros, los enterraban, era la única forma conocida de guardar dinero, pero más tarde la gente les tomó confianza a los bancos. Cuando hicieron la carretera y fue más fácil llegar en autobús a la ciudad, cambiaron sus monedas de oro y de plata por papeles pintados y los metieron en cajas fuertes, como si fueran tesoros. Tomás Vargas se burlaba de ellos a carcajadas, porque nunca creyó en ese sistema. El tiempo le dio la razón y cuando se acabó el gobierno del Benefactor –que duró como treinta años, según dicenlos billetes no valían nada y muchos terminaron pegados de adorno en las paredes, como infame recordatorio del candor de sus dueños. Mientras todos los demás escribían cartas al nuevo Presidente y a los periódicos para quejarse de la estafa colectiva de las nuevas monedas, Tomás Vargas tenía sus morocotas de oro en un entierro seguro, aunque eso no atenuó sus hábitos de avaro y de pordiosero. Era hombre sin decencia, pedía dinero prestado sin intención de devolverlo, y mantenía a los hijos con hambre y a la mujer en harapos, mientras él usaba sombreros de pelo de guama y fumaba cigarros de caballero. Ni siquiera pagaba la cuota de la escuela, sus seis hijos legítimos se educaron gratis porque la Maestra Inés decidió que mientras ella estuviera en su sano juicio y con fuerzas para trabajar, ningún niño del pueblo se quedaría sin saber leer. La edad no le quitó lo pendenciero, bebedor y mujeriego. Tenía a mucha honra ser el más macho de la región, como pregonaba en la plaza cada vez que la borrachera le hacía perder el entendimiento y anunciar a todo pulmón los nombres de las muchachas que había seducido y de los bastardos que llevaban su sangre. Si fueran a creerle, tuvo como trescientos porque en cada arrebato daba nombres diferentes. Los policías se lo llevaron varias veces y el Teniente en persona le propinó unos cuantos planazos en las nalgas, para ver si se le regeneraba el carácter, pero eso no dio más resultados que las amonestaciones del cura. En verdad sólo respetaba a Riad Halabí, el dueño del almacén, por eso los vecinos recurrían a él cuando sospechaban que se le había pasado la mano con la disipación y estaba zurrando a su mujer o a sus hijos. En esas ocasiones el árabe abandonaba el mostrador con tanta prisa que no se acordaba de cerrar la tienda, y se presentaba, sofocado de disgusto justiciero, a poner orden en el rancho de los Vargas. No tenía necesidad de decir mucho, al viejo le bastaba verlo aparecer para tranquilizarse. Riad Halabí era el único capaz de avergonzar a ese bellaco. Antonia Sierra, la mujer de Vargas, era veintiséis años menor que él. Al llegar a la cuarentena ya estaba muy gastada, casi no le quedaban dientes sanos en la boca y su aguerrido cuerpo de mulata se había deformado por el trabajo, los partos y los abortos; sin embargo aún conservaba la huella de su pasada arrogancia, una manera de caminar con la cabeza bien erguida y la cintura quebrada, un resabio de antigua belleza, un tremendo orgullo que paraba en seco cualquier intento de tenerle lástima. Apenas le alcanzaban las horas para cumplir su día, porque además de atender a sus hijos y ocuparse del huerto y las gallinas ganaba unos pesos cocinando el almuerzo de los policías, lavando ropa ajena y limpiando la escuela. A veces andaba con el cuerpo sembrado de magullones azules y aunque nadie preguntaba, toda Agua Santa sabía de las palizas propinadas por su marido. Sólo Riad Halabí y la Maestra Inés se atrevían a hacerle regalos discretos, buscando excusas para no ofenderla, algo de ropa, alimentos, cuadernos y vitaminas para sus niños. Muchas humillaciones tuvo que soportar Antonia Sierra de su marido, incluso que le impusiera una concubina en su propia casa. Concha Díaz llegó a Agua Santa a bordo de uno de los camiones de la Compañía de Petróleos, tan desconsolada y lamentable como un espectro. El chófer se compadeció al verla descalza en el camino, con su atado a la espalda y su barriga de mujer preñada. Al cruzar la aldea, los camiones se detenían en el almacén, por eso Riad Halabí fue el primero en enterarse 26 Librodot




jueves, enero 24, 2013

LOS CUENTOS DE EVA LUNA ISABEL ALLENDE ((25))




Librodot Cuentos de Eva Luna Isabel Allende 25 subieron a los caballos y echaron a andar. Hermelinda hizo una vaga señal de despedida a sus desolados admiradores y siguió a Pablo, el asturiano, por las llanuras peladas, sin mirar hacia atrás. Nunca más regresó. Fue tanta la consternación provocada por la partida de Hermelinda, que para divertir a sus trabajadores la Compañía Ganadera instaló columpios, compró dardos y flechas para tiro al blanco e hizo traer de Londres un enorme sapo de loza pintada con la boca abierta, para que los peones afinaran la puntería lanzándole monedas; pero ante la indiferencia general, estos juguetes acabaron decorando la terraza de la gerencia, donde los ingleses aún los usan para combatir el tedio al atardecer. 25 Librodot




=>Mientras dormías<=

(Mientrs Dosrmías)


Argumento


 
Lucy Eleanor Moderatz (Sandra Bullock) es una vendedora de billetes en una estación de metro de Chicago. Lucy vive sola con su gato y no tiene con quien pasar la Navidad, puesto que no tiene familia. Sin embargo en la monotonía de su vida existe una pequeña alegría, todos los días ve pasar a un hombre guapo, elegante y con un gran puesto de trabajo, Peter Callaghan (Peter Gallagher) y que jamás se ha fijado en ella.
 
 
 
El sueño de Lucy es que puedan conocerse algún día. Cuando él cae a la vía tras ser empujado por unos delincuentes Lucy acude en su ayuda, salvándole la vida, evitando que éste sea arrollado por el tren. Después va a visitarlo al hospital donde está ingresado en estado de coma.
 
 
 
Tras un malentendido la familia de Peter, Ox (Peter Boyle), Elsie (Glynis Johns), Midge (Micole Mercurio) y el amigo de la familia Saul (Jack Warden) creen que ella es su prometida e invitan a Lucy a pasar la navidad con ellos. Lucy no quiere decirles la verdad puesto que está convencida que hacerlo los afectaría muy severamente.
 
 
 
Así es como Lucy conoce a Jack Callaghan (Bill Pullman), hermano de Peter. Tras pasar mucho tiempo juntos, sin quererlo ambos se enamoran. Pero existe el problema de que supuestamente ella es la prometida de Peter. Ambos se resignan a dejar pasar su amor, ella sin atreverse a decirle la verdad a Jack y éste designándose porque es la encantadora y guapa futura esposa de su hermano mayor.





Reparto




Sandra Bullock interpreta a Lucy Eleanor Moderatz.





Bill Pullman interpreta a Jack Callaghan.




Peter Gallagher interpreta a Peter Callaghan.





Peter Boyle interpreta a Ox Callaghan.





Jack Warden interpreta a Saul.





Glynis Johns interpreta a Elsie.





Micole Mercurio interpreta a Midge Callaghan.







❤Mientras dormías❤



---



---



---



---



---



---



---



---



❤Mientras dormías❤




---





---

 
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...