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sábado, enero 05, 2013

LOS CUENTOS DE EVA LUNA ISABEL ALLENDE ((17))

Librodot Cuentos de Eva Luna Isabel Allende 17 –Silencio, puta, o te despacho de un solo corte –la amenazó. –No es aquí, hijo. Las damas de la noche están al otro lado de la calle, donde tienen la música. –No te burles, esto es un asalto. –¿Cómo dices? –sonrió incrédula Clarisa–. ¿Y qué me vas a robar a mí? _Siéntate en esa silla, voy a amarrarte. –De ninguna manera, hijo, puedo ser tu madre, no me faltes el respeto. – ¡Siéntate! –No grites, porque vas a asustar a mi marido, que está delicado de salud. Y de paso guarda el cuchillo, que puedes herir a alguien –dijo Clarisa. –Oiga, señora, yo vine a robar –masculló el asaltante desconcertado. –No, esto no es un robo. Yo no te voy a dejar que cometas un pecado. Te voy a dar algo de dinero por mi propia voluntad. No me lo estás quitando, te lo estoy dando, ¿está claro? –Fue a su cartera y sacó lo que le quedaba para el resto de la seinana–. No tengo más. Somos una familia bastante pobre, como ves. Acompáñame a la cocina, voy a poner la tetera. El hombre se guardó el cuchillo y la siguió con los billetes en la mano. Clarisa preparó té para ambos, sirvió las últimas galletas que le quedaban y lo invitó a sentarse en la sala. –¿De dónde sacaste la peregrina idea de robarle a esta pobre vieja? El ladrón le contó que la había observado durante días, sabía que vivía sola y pensó que en aquel caserón habría algo que llevarse. Ése era el primer asalto, dijo, tenía cuatro hijos, estaba sin trabajo y no podía llegar otra vez a casa con las manos vacías. Ella le hizo ver que el riesgo era demasiado grande, no sólo podían llevarlo preso, sino que podía condenarse al infierno, aunque en verdad ella dudaba que Dios fuera a castigarlo con tanto rigor, a lo más iría a parar al purgatorio, siempre que se arrepintiera y no volviera a hacerlo, por supuesto. Le ofreció incorporarlo a la lista de sus protegidos y le prometió que no lo acusaría a las autoridades. Se despidieron con un par de besos en las mejillas. En los diez años siguientes,hasta la muerte de Clarisa, el hombre le enviaba por correo un pequeño regalo en cada Navidad. No todas las relaciones de Clarisa eran de esa calaña, también conocía a gente de prestigio, señoras de alcurnia, ricos comerciantes, banqueros y hombres públicos, a quienes vis¡~ taba buscando ayuda para el prójimo, sin detenerse a especular cómo sería recibida. Cierto día se presentó en la oficina del diputado Diego Cienfuegos, conocido por sus incendiarios discursos y por ser uno de los pocos políticos incorruptibles del país, lo cual no le impidió ascender a ministro y acabar en los libros de historia como padre intelectual de un cierto tratado de la paz. En esa época Clarisa era joven y algo tímida, pero ya tenía la misma tremenda determinación que la caracterizó en la vejez. Llegó donde el diputado a pedirle que usara su influencia para conseguir una nevera moderna a las Madres Teresianas. El hombre la miró pasmado, sin entender las razones por las cuales él debía ayudar a sus enemigas ideológicas. –Porque en el comedor de las monjitas almuerzan gratis cien niños cada día, y casi todos son hijos de los comunistas y evangélicos que votan por usted –replicó mansamente Clarisa. Así nació entre ambos una discreta amistad que habría de costarle muchos desvelos y favores al político. Con la misma lógica irrefutable conseguía de los jesuitas becas escolares para muchachos ateos, de la Acción de Damas Católicas ropa usada para las prostitutas de su barrio, del Instituto Alemán instrumentos de música para un coro hebreo, de los dueños de viñas fondos para los programas de alcohólicos. Ni el marido sepultado en el mausoleo de su cuarto, ni las extenuantes horas de trabajo cotidiano, evitaron que Clarisa quedara embarazada una vez más. La comadrona le advirtió que con toda probabilidad daría a luz otro anormal ‘pero ella la tranquilizó con el argumento de que Dios mantiene cierto equilibrio en el universo, y tal como crea algunas cosas torcidas, también crea otras derechas, por cada virtud hay un pecado, por cada alegría una desdicha, por cada mal un bien y así, en el eterno girar de la rueda de la vida todo se compensa a través 17 Librodot




miércoles, enero 02, 2013

LOS CUENTOS DE EVA LUNA ISABEL ALLENDE ((16))

Librodot Cuentos de Eva Luna Isabel Allende 16 recordaba su pasado abolengo y porque desde hacía más de cuarenta años su marido se había enterrado allí en vida, en un cuarto al fondo del patio. El hombre fue juez de una lejana provincia, oficio que ejerció con dignidad hasta el nacimiento de su segundo hijo, cuando la decepción le arrebató el interés por enfrentar su suerte y se refugió como un topo en el socavón maloliente de su cuarto. Salía muy rara vez, como una sombra huidiza, y sólo abría la puerta para sacar la bacinilla y recoger la comida que su mujer le dejaba cada día. Se comunicaba con ella por medio de notas escritas con su perfecta caligrafía y de golpes en la puerta, dos para sí y tres para no. A través de los muros de su cuarto se podían escuchar su carraspeo asmático y algunas palabrotas de bucanero que no se sabía a ciencia cierta a quién iban di– rigidas. –Pobre hombre, ojalá Dios lo llame a Su lado cuanto antes y lo ponga a cantar en un coro de ángeles –suspiraba Clarisa sin asombro de ironía; pero el fallecimiento oportuno de su marido no fue una de las gracias otorgadas por La Divina Providencia, puesto que la ha sobrevivido hasta hoy, aunque ya debe tener más de cien años, a menos que haya muerto y las toses y maldiciones que se escuchan sean sólo el eco de ayer. Clarisa se casó con él porque fue el primero que se lo pidió y a sus padres les pareció que un juez era el mejor partido posible. Ella dejó el sobrio bienestar del hogar paterno y se acomodó a la avaricia y la vulgaridad de su marido sin pretender una fortuna mejor. La única vez que se le oyó un comentario nostálgico por los refinamientos del pasado fue a propósito de un piano de cola con el cual se deleitaba de niña. Así nos enteramos de su afición por la música y mucho más tarde, cuando ya era una anciana, un grupo de amigos le regalamos un modesto piano. Para entonces ella había pasado casi sesenta años sin ver un teclado de cerca, pero se sentó en el taburete y tocó de memoria y sin la menor vacilación un Nocturno de Chopin. Un par de años después de la boda con el juez, nació una hija albina, quien apenas comenzó a caminar acompañaba a su madre a la iglesia. La pequeña se deslumbró en tal forma con los oropeles de la liturgia, que comenzó a arrancar los cortinajes para vestirse de obispo y pronto el único juego que le interesaba era imitar los gestos de la misa y entonar cánticos en un latín de su invención. Era retardada sin remedio, sólo pronunciaba palabras en una lengua desconocida, babeaba sin cesar y sufría incontrolables ataques de maldad, durante los cuales debían atarla como un animal de feria para evitar que masticara los muebles y atacara a las personas. Con la pubertad se tranquilizó y ayudaba a su madre en las labores de la casa. El segundo hijo llegó al mundo con un dulce rostro asiático, desprovisto de curiosidad, y la única destreza que logró adquirir fue equilibrarse sobre una bicicleta, pero no le sirvió de mucho porque su madre no se atrevió nunca a dejarlo salir de la casa. Pasó la vida pedaleando en el patio en una bicicleta sin ruedas fija en un atril. La anormalidad de sus hijos no afectó el sólido optimismo de Clarisa, quien los consideraba almas puras, inmunes al mal, y se relacionaba con ellos sólo en términos de afecto. Su mayor preocupación consistía en preservarlos incontaminados por sufrimientos terrenales, se preguntaba a menudo quién los cuidaría cuando ella faltara. El padre, en cambio, no hablaba jamás de ellos, se aferró al pretexto de los hijos retardados para sumirse en el bochorno, abandonar su trabajo, sus amigos y hasta el aire fresco y sepultarse en su pieza, ocupado en copiar con paciencia de monje medieval los periódicos en un cuaderno de notario. Entretanto sumujer gastó hasta el último céntimo de su dote y de su herencia y luego trabajó en toda clase de pequeños oficios para mantener a la familia. Las penurias propias no la alejaron de las penurias ajenas y aun en los períodos más difíciles de su existencia no postergó sus labores de misericordia. Clarisa poseía una ¡limitada comprensión por las debilidades humanas. Una noche, cuando ya era una anciana de pelo blanco, se encontraba cosiendo en su cuarto cuando escuchó ruidos desusados en la casa. Se levantó para averiguar de qué se trataba, pero no alcanzó a salir, porque en la puerta tropezó de frente con un hombre que le puso un cuchillo en el cuello. 16 Librodot




@Países del mundo ya celebraron la llegada del Año Nuevo@

 
 
 
Cambiar de etapas es evolucionar, dejar atrás todo lo negativo del año que se termina(Bye ->2012)Actuar positivamente, con amor, prosperidad y abundancia para afrontar el inicio del nuevo año(2013), son los momentos memorables, son una nueva oportunidad para unirse más en familia, amistad y compañerismo, día 02 de Enero, que el Señor esté en ustedes y en todos sus hogares. (Inicio de  mi Primer Post).. Gracias por las visitas, Gracias por acompañarme en este sueño, Gracias #DIOS


Rusia: Cientos de personas observan los fuegos artificiales durante la celebración de Año Nuevo en la Plaza Roja de Moscú | Fuente: EFE | EFE










Indonesia:
Los fuegos artificiales para celebrar Año Nuevo, se lanzan sobre el área principal de negocios de Yakarta. | Fuente: AFP | AFP



 
 
Turkia: Pueblo turco presentes en el puente de Galata esperando el Año Nuevo en Karakoy en Estambul. | Fuente: AFP | AFP


 
 
Filipinas: Celebraciones por Año Nuevo en Manila, lanzan fuegos artificiales para la llegada del 2013. | Fuente: AFP | AFP


 
 
India: Deportistas indios encendieron velas para dar la bienvenida al Año Nuevo en Allahabad. | Fuente: AFP | AFP


 
 
Malasia: Vista de los fuegos artificiales con motivo del Año Nuevo en las torres Petronas de Kuala Lumpur. | Fuente: AFP | AFP


 
 
Alemania: Vista de los fuegos artificiales con motivo del Año Nuevo en el Palacio Nuevo de Sturrgart. | Fuente: EFE | EFE


 
 
Taiwán: Los fuegos artificiales se lanzan desde el edificio Taipei 101 con motivo a la llegada del Año Nuevo. | Fuente: AFP | AFP


 
 

Japón: La gente suelta globos para celebrar el Año Nuevo durante una ceremonia anual producida por el Prince Park Tower Tokyo. Unos mil globos fueron lanzados al aire con los deseos. | Fuente: AFP | AFP


 
 
 
China: Fuegos artificiales explotan sobre el puerto de Victoria para celebrar el inicio del 2013, en Hong Kong. | Fuente: AFP | AFP





Australia: Primer país en recibir el 2013, el show de fuegos artificiales fue espectacular. | Fuente: AFP | AFP





Finlandia: Fuegos artificiales estallan sobre la catedral de Helsinki (Finlandia) para dar la bienvenida al 2013. | Fuente: AFP | EFE





Tailandia: Fuegos artificiales estallan sobre el río Chao Praya de Bangkok (Tailandia) para recibir el 2013. | Fuente: EFE | EFE





Holanda: Una fogata gigante es encendida en una playa de La Haya (Holanda) donde varias personas se reunieron a dar la bienvenida al 2013. | Fuente: EFE | EFE





Portugal: Varias personas observan el estallido de fuegos artificiales en Lisboa (Portugal) en la bienvenida al año nuevo. | Fuente: EFE | EFE





Reino Unido: Fuegos artificiales explotan sobre el Big Ben de Londres (Reino Unido) para celebrar el inicio de 2013. | Fuente: EFE | EFE

 



Grecia: Fuegos artificiales explotan sobre la colina de Acrópolis, en Atenas (Grecia) para dar la bienvenida al 2013. | Fuente: EFE | EFE


 
 
 
Emiratos Árabes Unidos: Vista de fuegos artificiales alrededor del Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, durante las celebraciones de año nuevo en Dubai. | Fuente: EFE | EFE

 





 
Lima- Perú:
 
 


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